Los ordenadores nos simplifican mucho la vida. Pero cuando nos hacen esperar… nos fastidian y desesperan olvidándonos de todo lo que anteriormente nos han facilitado.
Con frecuencia, y sin darnos cuenta, también reaccionamos así ante las personas (familia incluida).
Y no solo eso, es que, además, hay quienes son más “magnánimos” con unos (los ordenadores) que con otros (las personas).
No hay comentarios:
Publicar un comentario